La Finca se esconde en un rincón del Valle Calchaquí, a 100 kilómetros de Cafayate y a 2440 metros de altura, sobre uno de los terruños más atrapantes del Nuevo Mundo. Remota en la extrema altura, la Finca es una guarida espiritual para quienes disfrutan la armonía entre el vino, la naturaleza y lo desafiante de un Valle áspero y desértico, de quebradas imponentes y cardones centinelas.
DONDE NACE EL VINO
Nuestro terruño lleva la marca de la extrema altura.
Se ubica en una de las regiones con más sol del mundo, donde prácticamente no llueve. El agua que los viñedos precisan se controla con el riego, que es absorbido por un suelo de precordillera, franco arenoso, de más de 50 millones de años.
El calor abrasivo del día y el frío crudo de la noche en este rincón aislado del Valle, limpio de toda contaminación, curten las vides.
El fruto: una uva de piel gruesa, rica en taninos y fenoles que dan carácter y elegancia a nuestros vinos.
FLORA Y FAUNA
En la Finca, en el medio de la precordillera, todo existe en armonía con la naturaleza. El paisaje intacto se puebla de flores autóctonas, que crecen con paciencia extrema, y animales libres, que dan vida a la inmensidad.
