Werner Herzog lo dijo después de filmar Fitzcarraldo: “cada hombre debe pasar un barco sobre una montaña una vez en su vida”. Un movimiento apoteótico. Una exploración culminante. Un desafío que resuma todos los desafíos. La historia de la Finca está signada por esta gesta inabarcable, eternamente inconclusa: la de construir un propio paraíso contra toda la adversidad.
UNA UTOPÍA POSIBLE
En estas tierras no había nada. Una fusión entre espíritu pionero y azar –o destino– hizo que nos aventuremos a construir la Finca. Nos enfrentamos a la adversidad de lo remoto y del temperamento de la naturaleza: dos aludes nos hicieron empezar de nuevo. Aprendimos a co-crear con ella, a interpretar sus tiempos y sus designios. A hacer los mejores vinos a su lado.
EL EXPLORADOR INCANSABLE
La historia de Francisco Moreno es una aventura en sí misma. De criarse en la selva chaqueña, educado en escuelas aborígenes, a estudiar en Wharton y liderar grandes empresas; de asesorar a CEOs de todo el mundo a desplegar su tenacidad y perseverancia en el Valle Calchaquí. La Finca sintetiza, en lo inmenso, la rigurosidad y la pasión que aprendió en su aventura de vida.
